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Queso y vino

Queso y vino

El vino y el queso siempre han sido una buena combinación. Sin embargo, puede que no sepas cómo emparejarlos para disfrutar del sabor de ambos sin que ninguno se vea minimizado. Para ocasiones especiales, esta combinación puede ser tu dupla perfecta. Te explicamos cómo combinarlos:

Los expertos afirman que lo más importante es que ninguno de ambos sabores se imponga al otro, es decir, que el sabor y aromas estén equilibrados y balanceados.

Lo que hay que tener en cuenta, según los expertos, es que un queso muy complejo no debe acompañarse con otro vino también complejo. Esto se debe a que la intensa gama de aromas y sabores que estos despliegan chocan uno con el otro.

La regla básica y general para combinar ambos es que contra más blanco y fresco sea un queso, más frutal y suave deberá ser el vino; y entre más oscuro y duro el queso, el vino deberá ser más fuerte. Estos son los vinos que le convienen a cada tipo de queso:

Quesos frescos:

  • Mozzarella, Feta o la Ricotta: son variedades que se deben combinar con vinos jóvenes y afrutados, ya sean blancos o rosados.

Quesos blandos y semicurados:

  • Camembert: Tintos jóvenes
  • Brie: Vinos afrutados
  • Provolone: Vinos ricos en taninos
  • Muenster: Vinos tintos

Quesos duros y semiduros:

  • Asiago: Vinos blancos y rosados
  • Parmesano: Vinos blancos
  • Manchego: Vinos jóvenes, afrutados y secos
  • Gouda: Vinos jóvenes
  • Cheddar: Tintos jóvenes o afrutados

Quesos azules:

  • Roquefort y Gorgonzola: Para estas variedades se recomiendan tintos bien estructurados. Un vino estructurado se dice que es un vino armonioso, agradable, suave, tierno, redondo, robusto, cubierto, sólido

Que vino y queso forman una buena pareja, no solo lo decimos nosotros, también nos basamos en la ciencia. Un estudio de 2016 del Institute of Food Technologies demostró que el vino sabe mejor si se consume con queso. Este estudio asegura que cuando consumes vino junto al queso se reduce la astringencia y la acidez del vino. Además, se potencia la duración de los aromas de frutos rojos.

Nombres botellas

Nombres botellas

Existen varias historias sobre el porqué de estos nombres en las botellas, sin embargo, no hay ninguna historia que esté demostrada científicamente. Así que nos hemos quedado con estas dos historias: La leyenda dice que se le dieron nombres bíblicos a estas botellas con la intención de destacar al vino como bebida que procede de la Antigüedad.

También se dice que los franceses querían ligar el vino con la elegancia y el glamour, por lo que utilizaron nombres de personajes bíblicos, hebreos y judíos.

Te explicamos el porqué de cada nombre:

  • Magnum (1.5L): Es la suma de dos botellas “Estándar” (750ml), por lo que “Magnum” viene del latín que significa “grande”.
  • Jeroboam o Doble Magnum (3L): Es el doble de tama o de las botellas “Magnum”, por lo que se le aplica el doble delante. Sin embargo, en la región de la Borgoña esta medida se conoce como “Jeroboam” (nombre de dos reyes de Israel)
  • Rehoboam (4.5L): La denominación de esta botella es en honor al rey de Judá, Roboam, que reinó entre 928 y 913 a.C.
  • Mathusalem (6L): Matusalén es uno de los patriarcas más importantes que aparece en el libro del Génesis de la Biblia y también uno de los más relevantes en la historia de las principales religiones monoteístas (judaísmo, cristianismo e islamismo). 
  • Salmanazar (9L): Salmanazar es el nombre del rey asirio que expulsó a las tribus de Israel. En otros lugares, esta botella es llamada “Mordechai”, que es el nombre de un personaje del Antiguo Testamento.
  • Baltasar (12L): Baltasar es el nombre con que se ha identificado tradicionalmente a uno de los tres Reyes Magos, y por tanto, un personaje esencial en la Biblia.
  • Nabucodonosor (15L): Nabuconodosor fue el gobernante más conocido de la dinastía caldea de Babilonia y reinó entre el año 604 a. C. y el 562 a. C.

Otra curiosidad es que el vino mejora su calidad contra más grande es la botella. Si la botella es de gran capacidad, tiene una menor proporción de oxígeno entre el corcho y la botella, por lo que el proceso de envejecimiento hace que mejore la calidad del vino. Las características que se potencian son de las más preciadas: maduración, equilibrio y afinamiento.

Por lo que, si ves que tu colega tiene una botella “Nabucodonosor» en su casa, no es porque sea un borracho, sino porque… quiere que su vino sea de mayor calidad!

Temperatura del vino

Temperatura del vino

Temperatura de los vinos

La temperatura del vino es clave para poder disfrutarlo de la manera correcta. Así como nos gusta saborear el café caliente o la cerveza bien fría, la temperatura del vino también requiere de su exactitud. El vino posee una serie de características que se aprecian con los sentidos (vista, olfato y gusto), por lo que la temperatura del vino influye de forma notoria en cómo apreciamos dichas características, puesto que puede debilitar algunas y exagerar otras.

¿Qué pasa si el vino está a una temperatura superior a la recomendada?

Se verán perjudicados los aromas, esto se debe a que con el calor se evaporarán de forma más rápida y notaremos el aclohol y el azúcar que se útiliza como componente del vino. Esta alta temperatura puede provocar que la textura del vino nos sature el paladar y que no podamos percibir todos los sabores. En conclusión, el calor, pese a reducir la acidez, aumentará las sensaciones del alcohol y de los dulces.

¿Y si el vino está a una temperatura inferior a la recomendada?

En este caso, demasiado frío puede perjudicar el sabor del vino, suprimiendo y adormeciendo sus aromas. Tomar un vino a una temperatura inferior a la adecuada provoca que estés bebiendo un vino con un sabor más apagado, sin que destaquen suficiente los aromas. Sin embargo, si te despistas con la temperatura del vino, no todo es malo, puesto que el frío también puede servir para tapar los posibles defectos del vino. Por lo que, si te intentan seducir con un vino más frío de lo habitual, no dudes en desconfiar de que intenten esconder algo…

Aquí os dejamos las temperaturas adecuadas para cada tipo de vino:

  • Blancos dulces: 5ºC
  • Champagnes espumosos: 6-8ºC
  • Blancos jóvenes: 7-10ºC
  • Blancos crianza y rosados: 10-12ºC
  • Tintos jóvenes y amontillados: 12-15ºC
  • Tintos crianza: 14-17ºC
  • Tintos reservas: 17-18ºC

Recuérdalo, es fundamental cuidar la temperatura del vino. Piensa, que al fin y al cabo es una inversión, no solo de dinero, sino también de tiempo. El tiempo que inviertes en cuidar la temperatura de tu vino, es un extra en el placer de tomar un buen vino y de pasar un buen rato junto a tu botella favorita.

Tipos de corchos

Tipos de corchos

Una de sus principales funciones es la conservación del vino, contribuyendo a formar su carácter, dándole autenticidad y aportándole valor. No solo preserva el vino de agentes exteriores, sino que además permite el final de su crianza.

El corcho comienza su labor en el momento exacto en el que entra en la botella y toma contacto con el caldo. Siendo su papel determinante, ya que incide de manera directa en la calidad final del vino.

El corcho es un material biodegradable, renovable y reciclable. Proviene de la corteza del alcornoque, y no es necesaria la tala del mismo para su obtención. Fue la elasticidad del material la que llamó la atención, a mediados del siglo XVII, de Dom Pierre Pérignon un monje de la Champagna francesa que observó como el corcho era un cierre lo suficientemente flexible como para resistir a la presión resultado de una segunda fermentación en botella.

Evita la oxidación del líquido y conserva las propiedades del vino con el paso del tiempo, a la vez que garantiza su correcta evolución en la botella.

Existen 5 tipos:

  • Corcho natural: 100% corcho extraído del alcornoque.
  • Corcho aglomerado: elaborados a partir de pequeños trozos de corcho, aserrín de corcho y poliuretano
  • Corcho 1 + 1: combinación entre tapón de aglomerado con tapas de corcho natural en cada cabeza
  • Corcho colmatado: corcho natural con imperfecciones rellenado con polvo de corcho y látex
  • Corcho sintético: hechos con polímeros de alta calidad

Hablamos de vermú

Hablamos de vermú

Hablamos de vermú

Cuando hablamos del nacimiento del vermut hemos de empezar mencionando su antepasado más importante: el vino hipocrático. Fue el médico de la Grecia antigua Hipócrates el primero en añadir al vino varias hierbas aromáticas que hoy están presentes en el vermut, como el ajenjo o el díctamo.

Sin embargo hasta el siglo XVI este licor no recibiría el nombre por el que es conocido hoy, que viene de la denominación alemana del ajenjo: wermut.

Pero el considerado como creador de la bebida es Antonio Carpano, un destilador italiano que añadió al vino blanco más de 30 hierbas aromáticas y especias diferentes.

El primer establecimiento en ofrecer vermut en España fue el barcelonés café Torino, que en sus inicios tan sólo disponía de vermuts de la conocida marca italiana Martini.

Aunque cada vermut es único hay tres grandes tipos cuya mezcla de hierbas aromáticas es similar. Podemos elegir entre el vermut rojo, el blanco y el extra dry.

El vermut rojo es el más tradicional, rico en ajenjo, díctamo y edulcorado con azúcar caramelizada. Los italianos pronto se aficionaron a este tipo de vermut que fue el que desató el gusto por esta bebida en la región mediterránea.

Ante esta estupenda acogida Carpano pensó que su éxito se extendería si lograba conquistar al público femenino, así comenzó a comercializar el vermut blanco, un licor más dulce en el que predominan el enebro y la canela.

Por último, encontramos en contraposición el extra dry, la variedad seca y nada edulcorada que suele ser la mejor elección a la hora de elaborar cualquier tipo de cóctel. 

Estos son los tipos principales, aunque el sabor y el tono son siempre distintos, lo que da lugar a una gran variedad. De esta forma hoy no sólo encontramos vermuts blancos o en diferentes tonos pardos, sino que también podemos disfrutar del vermú rosado.

Titi, el incansable Braco

Titi, el incansable Braco

Titi, el incansable Braco

La recolección o caza de la trufa suele tener un protagonista muy especial: un perro.

No existe una raza especial que los haga mejores cazadores de trufas pero sí que requieren de un entrenamiento determinado. Como los futbolistas. Sobre todo como los delanteros caza goles.

Hoy queremos presentaros a Titi. Su nombre tiene que ver con el fútbol y con un caza goles como Thierry Henry, ex delantero del Mónaco, Juventus, Arsenal y FC Barcelona entre otros clubes, además de campeón de la Copa del Mundo con Francia en 1998.

Herminio es el responsable de reponer el sustrato y diseminar las esporas de trufa previamente recolectadas de las cosechas anteriores. Su hijo era fan del delantero francés y decidió bautizar a nuestro perro trufero con el nombre de un futbolista con buen olfato de gol. Mari Paz, responsable junto a Herminio de la plantación, cuida, mima y entrena a Titi para que se acostumbre al olor de la trufa y ‘cace’ los mejores ejemplares.

La truficultura es una actividad que se encuentra en pleno proceso de desarrollo en la Comunidad Autónoma aragonesa, con un crecimiento aproximado de 500 ha anuales y una superficie de 10.000 km2 aptos para el desarrollo de la trufa negra.

El 44% de los viveros de planta micorrizada de España se encuentran en Aragón,12 de 27, y suponen cerca del 75% del total de la producción anual del país, con alrededor de 350.000 plantones. El 11% del total mundial de las plantaciones productoras de trufa negra se encuentran en Aragón y se estima que el 20% de la producción global de estos hongos es aragonés.